sábado, 13 de diciembre de 2014

Otros factores externos a tener en cuenta para la toma de decisiones: el riesgo, las presiones legales y el tiempo disponible

La empresa opera en un entorno que puede ser hasta cierto punto predecible, pero los factores externos de la empresa, pueden cambiar rápidamente e influir en operaciones diarias. Por ello, definimos los siguientes factores:
El riesgo es la posibilidad de que un evento o circunstancia, dañinos o no deseados, se produzcan. Cuando es preciso tomar una decisión hay que tener en cuenta que nunca va a estar seguro de que va acertar con ellas debido a la incertidumbre, pero igualmente se arriesga. Para ello, se puede valer de su intuición, experiencia y percepción para llegar a decisiones más o menos acertadas. Está claro que cuanto mayor riesgo tome el directivo, esto le reportará un mayor rendimiento pero si se equivoca, las consecuencias son elevadas.
Existen tres tipos de posturas que adoptan los directivos; aversión al riesgo, donde el directivo prefiere tener un menor rendimiento a cambio de evitar el riesgo que se le presenta, indiferencia al riesgo; aquí el directivo sabe que si aumenta el riesgo los rendimientos no van a aumentar y, finalmente, la propensión al riesgo o amantes al riesgo que son aquéllos que continuamente toman decisiones arriesgadas a pesar de que puedan dar como resultado fracasos empresariales, como el lanzamiento de un nuevo producto sin tener en cuenta al mercado.


Actualmente, la empresa tiene que estar pendiente a la existencia de presiones legales, sociales y económicas que se derivan en el entorno, ante ciertas decisiones que implican cambios importantes. La empresa debe ceñirse a los valores o costumbres del país en el que se encuentra situada, a la hora de tomar de decisiones. La influencia estará en función del poder con que se hagan las presiones. Una mala decisión podría llevar a la empresa a bajar sus ventas o incluso provocar el rechazo de la sociedad.




Por último, el tiempo disponible del que se dispone para tomar la decisión y el poder de quien la toma, son factores fundamentales en la resolución de conflictos. El decisor debe tener en cuenta todos los factores internos y externos, saber cuáles son las partes implicadas, y razonar las diferentes alternativas con sus socios. Esto, debe hacerlo en el plazo de tiempo que posee confiando en que la decisión sea lo más apropiada para solucionar el conflicto.



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